UNA VILLA DE PELICULA EN CALIFORNIA

Interiores y exteriores conectados en contínuo. La naturaleza exuberante es la protagonista de la residencia McClure, impregnando los espacios con una elegancia minimalista y relajada, potenciada por el carácter de las superficies de gres porcelánico Pietre Naturali.

 

El paisaje nos hace pensar en las famosas películas del oeste ―de hecho, Hollywood no queda lejos―, mientras que el lugar es famoso por sus campos de golf de primer nivel y un festival de música casi legendario. Nos encontramos en el Valle de Coachella, en California, más concretamente en La Quinta, una ciudad residencial cerca del desierto californiano desde donde se divisan las montañas de Santa Rosa en el horizonte.

La región puede presumir de un clima envidiable, protegido por altas montañas en tres lados, y alterna inviernos templados con veranos calurosos. El entorno es mayoritariamente desértico pero rico en flora, entre la que destaca la reconocible silueta de la palmera californiana.

El salón se abre a la gran piscina y a un horizonte lleno de colores. El azul del cielo, el verde de la naturaleza, los colores de las rocas que van cambiando a lo largo del día. El paisaje es toda una obra de arte, enmarcado por la refinada paleta blanco-gris escogida para los interiores

La residencia McClure está ubicada dentro de un Country Club, un área exclusiva rodeada de campos de golf, en una posición elevada con unas vistas impresionantes. La estructura arquitectónica es bastante tradicional para la zona, una concatenación de volúmenes y cubiertas inclinadas que juegan con espacios cerrados y abiertos, llenos y vacíos, espacios interiores técnicos y funcionales y exteriores equipados, dominados por una piscina infinita que se presenta como una estancia más del edificio, entrando literalmente al salón de la casa.

 

La forma de la piscina sigue la estructura arquitectónica de la vivienda. Los volúmenes concatenados crean un agradable dinamismo siempre conectado con los espacios exteriores. El agua llega al salón donde un material técnico de altas prestaciones como el gres porcelánico Monocibec facilita la limpieza y el mantenimiento

 

 

El blanco y el gris son los colores dominantes en la arquitectura y en las opciones del diseño interiorista. Una paleta minimalista y neutra que pretende dejar los espacios habitables en un segundo plano para «llevar» al hogar las tonalidades intensas de la naturaleza que lo rodea. El azul del cielo reflejado en la piscina y el verde de los campos de golf son los protagonistas a través de los grandes ventanales. El perfil montañoso en el horizonte, salpicado ingeniosamente por las siluetas de las palmeras.

La elección de colores neutros para las superficies arquitectónicas y para los elementos del mobiliario permite realzar las obras de arte hábilmente expuestas en el interior de la casa McClure

Los suelos de la residencia McClure se han personalizado con superficies cerámicas Monocibec. El gres porcelánico Pietre Naturali, en el tono Palemon, ha permitido respetar la sofisticada gama cromática de los interiores, añadiendo un toque de carácter gracias a la profundidad de la textura efecto piedra. Un conjunto acogedor que deja aflorar los vivos colores de las obras de arte coleccionadas por los propietarios de la vivienda.

El proyecto de la residencia McClure fue galardonado con el primer premio en la quinta edición del The Quinquennial Tile Award. El concurso internacional creado por el Grupo Fincibec ha seleccionado obras de arquitectura y diseño creadas en todo el mundo que utilizan superficies cerámicas Monocibec, Century y Naxos, las empresas del Grupo